¿Conoces algún constructor que empiece la casa por el tejado?
Seguramente, no.
Pero, cada uno tiene su forma de trabajar, ¿verdad? Quizá uno empieza escogiendo las baldosas del baño y otro construyendo las paredes de la cocina. No encontrarás dos iguales.
Esto pasa en todas las empresas. Porque, sea del sector que sea, cada empresa es diferente y tiene una forma de trabajar. Incluso si fabrica el mismo producto que otra, sus procesos no serán iguales.
Entonces, si cada empresa es diferente, ¿existe un ERP compatible con todas? ¿Debe adaptarse el ERP a la empresa? ¿O es la empresa la que tiene que adaptarse al ERP?
¡Te lo explicamos!
Índice de contenidos
Primero, escoge un ERP según las necesidades de tu empresa
Como explicamos en nuestra guía gratuita, antes de embarcarte en la selección de un proveedor de software, es esencial que te preguntes: ¿por qué quieres un ERP?
Puedes aclararte un poco las ideas con estas preguntas:
- ¿Qué departamentos van usar el software?
- ¿Qué puntos de dolor quiero mejorar?
- ¿Qué procesos quiero automatizar con el ERP?
- ¿Necesito un software que se adapte a las particularidades de mi empresa o es suficiente con algo genérico?
- ¿Necesito importar los datos del programa anterior?
- ¿Debo acceder al software desde cualquier lugar del mundo o solo desde la intranet de nuestra empresa?
La respuesta a estas preguntas, concretamente la número 4, es la que te dirá si necesitas un ERP estándar o a medida.
Segundo, valora la capacidad de personalización del proveedor de ERP
Las empresas evolucionan constantemente y el ERP debe seguir el ritmo para no quedarse obsoleto.
Y es que es posible que hayan surgido nuevas necesidades – ya sea porque tu empresa ha evolucionado o bien porque hay flujos del ERP que no se adaptan 100% a tu negocio.
Aquí entra en juego la capacidad de personalización del implantador de software.
Siempre es recomendable contratar un profesional que conozca el producto y que sepa adaptarlo y personalizarlo a las características específicas de cada cliente.
Una de las ventajas de Tryton, nuestro software de gestión, es que permite el desarrollo de funcionalidades a medida o personalizaciones.
Tercero, Tryton y la regla del 80-20
Si no lo sabes, Tryton es un software de gestión empresarial que se compone de módulos. Cada uno de esos módulos son pequeñas piezas que hacen que puedas gestionar todas las partes de la empresa en el ERP. Pero quizá tu empresa requiere de una pieza que Tryton no tiene o que sí tiene pero no vas a utilizar.
Por eso, en Kopen Software siempre explicamos que nuestro ERP se adapta a tu empresa con la regla del 80-20. ¿Esto qué quiere decir?
Que, de media, Tryton se adapta a la empresa un 80% y queda un 20% para acabar de ajustarlo según sus peculiaridades. Y es que, tanto si realizas una actividad muy específica como si cuentas con procedimientos muy definidos, deberemos adaptar Tryton para que puedas sacarle el máximo partido.
¿Es imprescindible personalizar el ERP para adaptarlo a tu empresa?
Vale, Tryton se puede personalizar. Pero, ¿es obligatorio?
No, los desarrollos a medida son opcionales. Antes, debes plantearte qué necesitas:
- Si con las funcionalidades base de Tryton tienes suficiente para trabajar bien con el ERP, no necesitas personalizaciones.
- Sin embargo, si tu empresa requiere ciertas funciones o integraciones personalizadas, realizaremos los desarrollos adecuados.
Porque igual que cada negocio trabaja de una manera, requiere un ERP adaptado a esos procesos. Pero eso no es problema. En Kopen somos, a la vez, fabricantes e implantadores de software y utilizamos Tryton como base para construir un software de gestión personalizado según las peculiaridades de cada empresa.
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Y tu empresa, ¿cómo se adapta al ERP?
Aquí viene el quid de la cuestión.
Recuerda: tú no debes cambiar procesos para adaptarte a las pautas que marca el software de gestión. Es el ERP el que se adapta a las necesidades de tu empresa para aumentar la productividad.
La única adaptación que debes hacer es aprender a utilizarlo y ayudar a tu equipo a implicarse en el cambio. Del resto nos ocupamos nosotros.
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