Seguro que, cuando has descubierto que podías pagar una factura un poco más tarde, has respirado con alivio y has dado gracias por esa pequeña tregua.
Algo parecido ocurre en las empresas con el aplazamiento del IVA. Igual que ese alivio momentáneo que sientes al posponer un pago, aplazar el IVA puede dar a las empresas el espacio necesario para respirar, reorganizar sus finanzas y asegurar un flujo de caja saludable.
Te explicamos en qué consiste.
Índice de contenidos
¿Qué significa aplazar el IVA?
Aplazar el IVA, como su nombre indica, significa posponer el pago del Impuesto sobre el Valor Añadido que una empresa o autónomo debe abonar a Hacienda en el plazo reglamentario. Esta medida permite a los contribuyentes gestionar mejor su liquidez, al retrasar el pago sin incurrir en sanciones.
Este aplazamiento no exime del pago del impuesto, sino que simplemente proporciona un período extra para realizarlo. Esto puede ser muy útil en momentos de tensión financiera o cuando se prefiera destinar el efectivo a otras necesidades urgentes del negocio.
Aplazamiento vs. Fraccionamiento
Aunque a menudo se utilizan como si significaran lo mismo, la realidad es que aplazamiento y fraccionamiento son conceptos diferentes:
- El aplazamiento se refiere al retraso en el pago de una deuda tributaria hasta una fecha posterior, en un solo pago.
- Por otro lado, el fraccionamiento implica dividir el pago de la deuda en varias cuotas, distribuidas a lo largo de un período de tiempo acordado.
Ambas opciones facilitan la gestión de la tesorería, pero se adaptarán de manera diferente según las necesidades específicas de liquidez de cada empresa o autónomo.
Eso sí, no olvides que Hacienda no hace favores a nadie y no te va a salir gratis. Y es que, tanto en el aplazamiento como en el fraccionamiento de un pago, se pagan intereses.
¿Cuándo se debe solicitar el aplazamiento del IVA?
La solicitud para aplazar el IVA debe realizarse en el momento de presentar la liquidación correspondiente, independientemente del importe a pagar. Esto se realiza a través del modelo 303, marcando la opción: “Reconocimiento de deuda con solicitud de aplazamiento”, y debe corresponderse con los plazos establecidos para el pago de la declaración trimestral del IVA:
- Primer Trimestre: Del 1 al 20 de abril.
- Segundo Trimestre: Del 1 al 20 de julio.
- Tercer Trimestre: Del 1 al 20 de octubre.
- Cuarto Trimestre: Hasta el día 30 de enero.
¿En cuántos plazos se puede aplazar el pago?
La duración del aplazamiento del IVA que se puede solicitar varía según la situación particular de cada contribuyente.
- Para deudas que no excedan los 30.000 euros, las empresas pueden optar por un periodo de aplazamiento de hasta 6 meses, mientras que los profesionales autónomos pueden extender este plazo hasta 12 meses. Es importante destacar que, tanto para empresas como para autónomos, el importe de cada cuota dentro de este esquema de aplazamiento no debe ser inferior a 30 euros.
- Para aquellas deudas que superen los 30.000 euros, el periodo máximo de aplazamiento disponible, ya sea para empresas o autónomos, es de 36 meses. En estos casos, los criterios para la aprobación del aplazamiento son considerablemente más rigurosos y se exige una documentación más detallada que respalde la situación de falta de liquidez y los motivos específicos que la han causado, así como garantías que aseguren el cumplimiento del pago.
Pros y contras de aplazar el IVA
Aplazar el IVA puede ser una herramienta útil para la gestión de tesorería de una empresa o autónomo, pero, como cualquier decisión financiera, viene con sus ventajas y desventajas.
Pros de aplazar el IVA
- Mejora de la liquidez: Posponer el pago permite a las empresas y autónomos manejar mejor sus flujos de caja, manteniendo así la liquidez para otras necesidades.
- Flexibilidad financiera: Ofrece un respiro financiero en momentos críticos, especialmente cuando se enfrentan a períodos de baja venta o retrasos en los pagos de clientes, aliviando la presión sobre el efectivo disponible.
- Facilita el manejo de flujos de caja irregulares: Es especialmente útil para negocios con ciclos de venta estacionales o irregulares, ya que les permite alinear mejor sus obligaciones tributarias con sus ingresos reales.
- Evita sanciones por impago: Al solicitar un aplazamiento correctamente, se evitan las sanciones y recargos que se aplicarían por el impago del IVA en el plazo reglamentario.
Contras de aplazar el IVA
- Acumulación de deudas: Aunque aplazar el IVA ofrece alivio temporal, incrementa las obligaciones futuras, lo que podría llevar a una acumulación de deudas si no se gestiona bien.
- Pago de intereses: Si se solicita un aplazamiento o fraccionamiento, se cargan intereses de demora (esta cantidad es cambiante y se fija en los Presupuestos Generales del Estado).
- Posible impacto en la credibilidad financiera: El frecuente aplazamiento del IVA puede ser visto como un signo de mala salud financiera. Esto puede afectar potencialmente la capacidad de la empresa para obtener financiamiento o condiciones de pago favorables en el futuro.
Para conocer el paso a paso del proceso de aplazamiento del IVA, puedes consultar la guía de la Agencia Tributaria.
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